La felicidad como fuente de salud y educación.
DOI:
https://doi.org/10.31790/inspilip.v1i2.65Palabras clave:
Educación, comunicación, felicidad, cultura, complejidad.Resumen
Desde su creación el ser humano ha buscado la felicidad, ya sea por simple satisfacción y placeres momentáneos o para lograr un permanente éxito individual o colectivo. Lo cierto es que ser feliz se ha convertido en una inminente necesidad en todos los aspectos de la vida de las personas. Relacionar la felicidad con determinado estado de salud es posible, dado que las personas alegres y optimistas suelen gozar de mejor salud que quienes viven estresados y mal humorados. Se ha comprobado científicamente que las personas alegres presentan niveles más bajos de cortisol en la sangre, una hormona que genera estrés y que puede contribuir a un gran número de enfermedades, si se mantiene a niveles elevados por
largo tiempo. Las personas de mal humor y con estrés, además de producir más cortisol, presentan también bajos niveles de proteína, condición que podría desatar una inflamación generalizada en el cuerpo. Además, vale destacar que en el mundo la felicidad se analiza no solo como emoción, sino también como ciencia para el progreso efectivo en los ámbitos médico, social y educativo. Así es como ya se ve insertada en el área de la enseñanza y en centros de investigación científica, es decir, un aspecto
aplicable desde los niveles más básicos de escolaridad hasta la instrucción académica, a través de procesos donde el factor comunicación es preponderante al llevar a cabo determinadas estrategias y acciones para lograr los objetivos trazados. Pero, ¿qué es la felicidad y qué la determina? Muy distante de lo que se piensa, no es el entorno, la abundancia o los bienes materiales.
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